jueves, 10 de marzo de 2016

Reconstrucción

   Un golpe o una caída accidental de un clarinete nos puede provocar un disgusto considerable, especialmente si la consecuencia es la fractura de parte del cuerpo del instrumento. En este caso un pequeño golpe involuntario a una clarinete Yamaha tuvo como consecuencia la rotura de la espiga que une el cuerpo superior del clarinete con el inferior.


   Sin embargo que nadie crea que esto es el fin de la vida de un clarinete. Con paciencia y utilizando los materiales y herramientas adecuados se puede volver a recomponer la espiga fracturada y que vuelva a estar como nueva.


   Tras la reconstrucción se le coloca una nueva lamina de corcho.


    Y por último se le ponen las llaves que le habían sido quitadas para que no interfiriesen en la realización del trabajo. A partir de aquí el clarinete vuelve a estar como si nada le hubiese ocurrido.



jueves, 25 de febrero de 2016

Flauta travesera Couesnon

La marca de flautas Couesnon es poco conocida en España. Hace algún tiempo llegó al taller una flauta travesera de esta marca, modelo Imperator. Su dueño la había comprado en el rastro hacía algunos años pero el instrumento estaba en tan malas condiciones que no había manera de hacerla sonar. Se encontraba completamente desajustada y con algunas de sus zapatillas rotas, así que procedimos al desmontaje completo de su mecanismo para corregir todas las deficiencias que presentaba y que volviese a sonar.




    Desmontar el mecanismo de un instrumento también se aprovecha para hacerle una limpieza del cuerpo y de las llaves, ya que hay zonas a las que es muy difícil llegar si no es quitando todas las llaves. A muchos músicos les impresiona la imagen de su instrumento completamente desarmado. Es como si estuviesen viendo el esqueleto del instrumento sin articulaciones y pensasen que ya no se puede recomponer. Sin embargo esta es una operación a menudo necesaria y muy habitual en los talleres de reparación, ya que es la forma de resolver los problemas que presenta.

   Por último decir que Couesnon es una marca francesa que fue fundada en 1827 en un pequeño pueblo de las afueras de París llamado Château Thierry, una zona tradicionalmente asociada a la fabricación de instrumentos de alta calidad.

martes, 26 de enero de 2016

Los clarinetistas y los compositores

   Desde la aparición del clarinete en el siglo XVIII, se ha dado con relativa frecuencia una interesante relación profesional (e incluso de verdadera amistad) entre los clarinetistas y los compositores. El instrumentista necesitaba de nuevas piezas para tocar y el compositor, a su vez, se beneficiaba de averiguar lo que el clarinetista era capaz de interpretar con su instrumento. La mayoría de los compositores tocaban el piano y posiblemente algún otro instrumento más. Les resultaba importante conocer las características de otros instrumentos como el clarinete, para poder de ese modo componer música para ellos con mayor facilidad.

   Anton Stadler es conocido por ser el clarinetista preferido de Wolfgang Amadeus Mozart. Teniendo en cuenta que el clarinete estaba todavía muy poco perfeccionado en esa época, lo cierto es que Stadler supo sacarle el mejor rendimiento a este instrumento y Mozart estaba maravillado con su sonido, lo que le inspiró para componer algunas de sus obras más populares. Sin embargo, parece que la relación personal no fue fácil, ya que Stadler era un jugador y bebedor empedernido y se endeudó con Mozart. Cuando este último murió pobre, el clarinetista todavía le debía dinero.



   Otro virtuoso excepcional fue Heinrich Baermann, que aunque empezó su carrera como oboísta, después aprendió a tocar el clarinete, siendo músico en Munich, en la corte del rey Luis, pasando después a Viena y a Londres. Recorrió toda Europa dando conciertos y en Munich fue dónde conoció a Carl Maria von Weber, el cual, entusiasmado por su sonoridad, escribió conciertos de clarinete para Baermann, consiguiendo un éxito arrollador.

   El clarinetista Johann Simon Hemstedt no tenía un sonido tan hermoso como Baermann (por esa razón Weber prefirió a este último), pero sin embargo su talento técnico era superior. El compositor que escribió para él fue Spohr, que compuso piezas de gran dificultad que llevaron a Hemstedt a mejorar la mecánica del instrumento. Incluso hoy en día, con clarinetes mucho más avanzados que los de entonces, los cuatro conciertos para Hemstedt siguen llenos de retos difíciles incluso para los clarinetistas más experimentados.

   Richard Mühlfeld comenzó como violinista en la corte de Meinengen, pero decidió aprender también a tocar el clarinete. Su importancia radica en la amistad que le unía a Johannes Brahms. Aunque cuando se conocieron Brahms ya había dejado de componer, decidió escribir sus últimas obras para clarinete gracias a Mühlfeld.

   Se podrían añadir otros clarinetistas más contemporáneos como Jack Brymer, Karl Leister, Dieter Klöcker, Harold Wright, Richard Stoltzman, etc. Todos ellos colaboraron y tuvieron una importante relación profesional con compositores más modernos que se interesaron por desarrollar las capacidades del clarinete a través de su música. 
 

martes, 5 de enero de 2016

Casi un siglo de historia

   Hace poco tuvimos en nuestras manos un saxofón alto C. G. Conn que tiene casi un siglo de vida. Por el número de serie dedujimos que era del año 1926 o 27. Sin embargo en el instrumento venía grabado el año 1914. Esto tiene una explicación. Por entonces las chimeneas de la marca Conn ya eran de dos tipos: unas iban soldadas al tubo y otras estaban extraídas del metal del propio tubo. Estas últimas fueron patentadas entonces, con la licencia de Conn, por el constructor de flautas William S. Hayes, que puso la fecha del año en el que las patentó y que seguiría apareciendo en años sucesivos.



   A pesar del mucho tiempo que tenía, este saxofón se notaba que había sido bien tratado. Perteneció a un músico que tocó en importantes orquestas durante muchos años y después de mucho tiempo sin sonar sus descendientes querían volver a ponerlo en funcionamiento. El problema mayor que presentaba era el agarrotamiento del mecanismo después de tantos años sin tener uso, así como algún muelle muy deteriorado y algún pilar que hubo que soldar. Una vez puesto en condiciones el instrumento volvió a dar todo de si, con un sonido excelente y una digitación muy cómoda, aunque en esto último hay que decir que las llaves que se manejan con el meñique de la mano izquierda resultan un tanto incómodas en los saxofones de esa época.

   Los saxofones Conn de entonces tienen otra característica curiosa. Es el denominado "micro tuner neck", un tudel con una rosca situada entre el tudel y la boquilla que servía para subir o bajar la afinación simplemente moviendo la rosca hacia una parte u otra. El mayor inconveniente de este tipo de tudeles es que con el tiempo iban cogiendo holgura y se acababa moviendo la boquilla.

   Por último apuntar que Conn es una de las marcas de saxofones más prestigiosas del mundo. La compañía fue fundada por Charles Gerard Conn, que no tocaba el saxofón sino la corneta. El primer saxofón diseñado en su fábrica de instrumentos de Elkhart (Indiana) fue obra de Ferdinand "Gus" Buescher para el virtuoso saxofonista francés E. A. Lefebre, que entonces trabajaba para la compañía. Se puede decir que era prácticamente una copia de los que por entonces fabricaba el inventor de este instrumento Adolphe Sax. Con el tiempo vendrían las innovaciones que han convertido a esta marca en una de las más apreciadas dentro del mundo del saxofón. 

jueves, 10 de diciembre de 2015

Charlie Parker, un revolucionario del jazz

   En la historia del jazz, Charlie Parker está considerado uno de los mejores intérpretes de saxofón alto, responsable de la improvisación más salvaje y un personaje clave en la revolución que sufrió este género musical a finales de los años cuarenta.

   Parker nació en 1920 en Kansas City (Estados Unidos). Comenzó en el mundo de la música tocando la tuba en la banda de música de la escuela secundaria, pero su madre le compró un saxofón alto, con el que el joven Parker empezó, de forma autodidacta, a imitar a los grandes saxofonistas que por entonces había en Kansas City, como Webster o Lester Young. A los 15 años ya era considerado un música profesional en el mundo del jazz.

   Junto con Thelonius Monk, Dizzy Gillespie, Bud Powell y otros, Parker ayudó a crear el bebop, un estilo de jazz que sucedió al swing en los años cuarenta y que está mucho más basado en la improvisación. el virtuosismo instrumental y el ritmo rápido.

   En 1939 Parker llegó a Nueva York por primera vez, dónde en un principio trabajaría como fregaplatos en un club de música. Al año siguiente realizó su primera grabación junto con Shay McShann, pero sería la asociación con el trompetista Dizzie Gillespie la que introduciría a Parker defintivamente en el circuito del mundo del jazz, con unos solos absolutamente innovadores para un público todavía acostumbrado a un estilo más convencional, como el representado por big bands como la de Glenn Miller, por ejemplo.



   A los 25 años Parker era ya el músico de jazz más admirado por sus colegas de profesión, en una etapa de gran creatividad musical, formando su propio quinteto, colaborando  con músicos como Miles Davis y dándo grandes conciertos tanto en América como en Europa. Pero sus adicciones a las drogas y al alcohol  empezaron a pasarle factura.

   En 1953 Parker dio un concierto memorable en el Massey Hall de Toronto (Canadá). Lo sorprendente de aquel concierto es que Parker llegó allí sin su saxofón, que había empeñado para costearse sus dosis de heroína. Lo único que le pudieron ofrecer en una tienda de instrumentos de Toronto fue un saxofón de plástico y con esto se presentó en el concierto, compitiendo en el escenario con Dizzie Gillespie a la trompeta y haciendo sonar aquel cacharro como si del mejor saxofón de metal se tratase. Fue un concierto memorable, tal y como reflejaron los artículos de la prensa especializada de la época.

   Después de aquello entró en un rápido declive que llevó a este genio a la muerte en 1955, a los 34 años de edad, dejando una huella imborrable en el mundo del jazz.   

      

jueves, 19 de noviembre de 2015

Cuidado y mantenimiento de la flauta travesera

   La flauta travesera también es un instrumento que necesita de una serie de cuidados especiales para los que no se necesita ser un técnico experto, pero si tener un mínimo de conocimientos al respecto. Por ejemplo, uno de los problemas que presenta este instrumento son las marcas que se producen en el metal y la pérdida de su revestimiento producto de la oxidación y la corrosión. Este tipo de problemas se deben a varios factores. Uno de ellos es el tipo de aleación con el que está fabricada la flauta y ahí no podemos hacer nada, pero hay otros factores, como la temperatura y la limpieza diaria, que si que están en nuestras manos.

   En cuanto a la temperatura hay que evitar especialmente la humedad y el frío, que no solo corroe el metal, sino que también daña las zapatillas. Por su parte el calor puede ser devastador, pues además de los perjuicios mencionados, puede afectar al correcto funcionamiento del mecanismo, por lo que no se debe dejar nunca el instrumento expuesto al sol durante mucho tiempo, ni tan siquiera si está dentro del estuche.



   La acidez del sudor en manos y dedos es uno de los grandes enemigos del metal de la flauta, ya que provoca un desgaste del mismo. Por eso es importante limpiar el exterior de la flauta con una gamuza cada vez que se acabe de tocar, eliminando así las marcas de los dedos. Por supuesto también se ha de limpiar el interior para secar la humedad que se condensa dentro del instrumento. Para ello se puede utilizar la varilla que viene con el instrumento, envolviéndola en un paño suave de algodón o de seda. Periódicamente se ha de limpiar el mecanismo con algún pequeño cepillo muy suave para evitar la acumulación de polvo en las llaves.

   Estos son solo consejos sencillos para un buen cuidado de su instrumento y para que dure el mayor tiempo posible en las mejores condiciones. 

lunes, 2 de noviembre de 2015

Limpieza del clarinete

   Para tener un instrumento musical en perfectas condiciones es necesario, en primer lugar, tratarlo bien. Algunos cuidados son esenciales para que el clarinete, que es el instrumento que hoy nos ocupa, tenga una vida larga y útil. A continuación mostraremos una serie de procedimientos referentes a la limpieza para que el clarinete esté en condiciones óptimas el máximo tiempo posible.

   En primer lugar, después de tocar, el interior del instrumento se debe secar. Para ello existen cepillos especiales de secado en las tiendas de accesorios para instrumentos musicales, pero en muchos casos los músicos se fabrican sus propios limpiadores, similares a los que ya citamos en el artículo dedicado a la limpieza del saxofón: un trozo de cuerda con un contrapeso en un extremo y atado en el otro a un paño suave, sin pelusa. Si el contrapeso es metálico, es aconsejable taparlo con cinta, para evitar rayar el instrumento por dentro. El procedimiento de limpieza es pasar por la campana el contrapeso dejándolo caer hasta que salga por el barrilete y tirar de él para que pase por todo el instrumento. Esta operación se debe realizar tantas veces como sea necesario hasta que quede seco. También deben secarse las espigas, que son las uniones dónde encajan las distintas partes del clarinete. Ese paño también se puede utilizar para secar la boquilla y la caña.



   El exterior del clarinete se debe limpiar regularmente con una gamuza o un paño suave. Es conveniente limpiar tanto el cuerpo como las llaves, siempre con mucho cuidado para no perjudicar el mecanismo. Esta limpieza evitara la suciedad en la madera y la oxidación de las llaves. 

   Una buena limpieza del instrumento siempre que se termine de tocar hará que este se conserve en buenas condiciones.