viernes, 27 de abril de 2018

La reparación de un clarinete antiguo

   Algunos instrumentos permanecen décadas dentro de sus estuches, a menudo en rincones donde hay humedad excesiva. Ahí van envejeciendo lentamente y cuando un día a alguien se le ocurre abrir ese estuche y ver que hay dentro, se encuentra con un instrumento inservible (aunque recuperable) por el paso de tantos años. Es el caso de este clarinete Selmer cuya propietaria quería poner a punto después de más de 50 años sin sonar.


   El clarinete en cuestión presentaba un estado de conservación muy deteriorado, con numerosas grietas en la madera, tornillos y pasadores bloqueados por la corrosión, llaves enmohecidas, zapatillas podridas, corchos quebradizos, etc. Además contaba con la particularidad de que es un clarinete cuya nota más grave es el Mi bemol, pero había perdido la cazoleta de esa nota. Esta no es indispensable y hoy en día apenas se fabrican clarinetes que la lleven, por lo que decidimos dejarla tal y como estaba. Como curiosidad solo recuerdo una obra en la que el clarinete principal da esa nota y es en "Los Pinos de Roma", del compositor italiano Ottorino Respighi. Siguiendo con el hilo del tema es evidente que, en esas condiciones, es tarea imposible que el instrumento pueda sonar, ni tan siquiera es presentable para estar expuesto como una antigüedad. Así que requirió un trabajo a fondo para volver a ponerlo de nuevo en buen estado. 


   Este tipo de trabajos con instrumentos que llevan tantos años en desuso siempre presentan muchas más dificultades, ya que más que una reparación lo que requieren es una restauración, pero generalmente siempre pueden ser recuperados de nuevo para darles el uso para el que fueron creados: hacer música.