martes, 21 de junio de 2016

Sustitución de los corchos

   Uno de los trabajos más habituales en clarinetes, saxofones y oboes es la sustitución de los corchos que sirven de unión. En el caso de los clarinetes y los oboes se trata de la sustitución de los corchos de las espigas. Las espigas son las partes de acople entre los diferentes cuerpos que conforman el instrumento. En el caso de los saxofones hablamos del corcho del tudel en el cual se acopla la boquilla.

   Con el paso del tiempo estos corchos se van desgastando y van perdiendo su funcionalidad, o bien se rompen directamente, con lo cual se provocan fugas de aire que hacen imposible hacer sonar en condiciones el instrumento. Para sustituirlo hay que limpiar bien la superficie de la zona para que no quede ningún resto de corcho viejo ni de pegamento. Después se toman las medidas exactas y se recorta el corcho nuevo, que se pegará con pegamento de contacto. Hoy en día existen dos tipos de corcho para este trabajo: el corcho natural y el sintético. Ambos se adquieren en láminas.




      Si el corcho es demasiado grueso y no entra se ha de lijar hasta que ajuste bien. Es siempre conveniente que entre con la presión suficiente para que no haya ninguna fuga de aire. Para facilitar el ajuste siempre es conveniente ponerle grasa para corcho. De hecho esto es algo aconsejable hacerlo habitualmente para evitar que el corcho se seque con el tiempo y se resquebraje.