miércoles, 28 de diciembre de 2016

Felices fiestas

   Aquí os dejo este "Begin the beguine" interpretado por los hermanos Anderson para desearos que estéis pasando unas felices fiestas y tengáis un próspero 2017:


martes, 29 de noviembre de 2016

Reparación de abolladura en un saxofón alto

   Recientemente entró en el taller un saxofón alto que había sufrido un pequeño golpe, pero suficiente para que el instrumento no sonase en absoluto. Una de las llaves afectadas era la C5, con la cual se hace el Do sostenido con el dedo anular de la mano derecha. La zapatilla de esta llave no asentaba bien en la chimenea correspondiente puesto que el golpe había movido la cazoleta en la que se encuentra dicha zapatilla. Esto provocaba que fuese imposible hacer sonar ninguna nota del instrumento. Hubo, por tanto, que volver a resituar la cazoleta para que la zapatilla hiciese asiento correctamente. Este es un trabajo relativamente sencillo.

   Pero este saxofón presentaba otro golpe un poco más complicado en la zona donde comienza el codo. El pilar inferior que sostiene las llaves D# y C, correspondientes a las notas Re sostenido y Do, había sufrido un impacto que lo había hundido ligeramente. Lo suficiente para que el mecanismo no funcionase como debía y las zapatillas no tapasen bien.


   Para resolver el problema no quedaba otra solución que separar el tubo del codo y la campana, teniendo que desmontar para ello el conjunto de llaves que se accionan con el dedo meñique  de la mano izquierda, su correspondiente guardallaves y las ya mencionadas D# y C, Estas partes del saxofón van unidas por una serie de tornillos y son desmontables.


   Una vez separado se procedió a eliminar la abolladura que impedía el normal funcionamiento de ambas llaves. Posteriormente se volvió a unir ambas partes y a montar todo el mecanismo de llaves, quedando el saxofón de nuevo en perfectas condiciones para tocar.


viernes, 28 de octubre de 2016

Unos clarinetes poco usuales

   A veces nos encontramos con instrumentos musicales realmente sorprendentes por su escasez y su antigüedad. En las dos últimas semanas estuvieron aquí cuatro clarinetes muy especiales por su rareza. Los cuatro llegaron para una reparación general con enzapatillado completo, cambio de todos los corchos, ajuste, etc.



   Este es el primero de ellos y el menos original, A primera vista se trata de un clarinete sistema Böehm de lo más normal, pero tiene su singularidad, ya que aparte de su antigüedad pertenece a una marca poco corriente por aquí: Couesnon París. Además encierra en su mecanismo dos curiosidades: la primera de ellas la comporte con los siguientes tres clarinetes que veremos. Se trata del doble Do resonante que lleva en el cuerpo inferior y que vemos en esta imagen;




   La segunda, y la más original es la llave de apoyo que con la mano derecha sirve para hacer el La de la segunda línea del pentagrama. Esto último es algo muy extraño en la familia de los clarinetes:


   Otro de los clarinetes fue un Hawkes inglés de sistema Clinton. Este sistema es bastante parecido al Oehler alemán, pero tiene sus diferencias que hacen que su mecanismo sea más complejo. Por ejemplo, como podemos observar en la siguiente imagen, en este sistema los tres anillos del cuerpo inferior y dos del superior no existen. En su lugar tenemos cazoletas con sus correspondientes zapatillas.

  
  Por último tenemos un par de clarinetes hermanos, uno en La y el otro en Si bemol, ambos de sistema Oehler  y pertenecientes a la marca Buffet Crampon. Se trata de clarinetes con un sistema más sencillo que los que hemos visto anteriormente. En la siguiente imagen se puede observar que carecen de las tres anillas del cuerpo superior y de una en el cuerpo inferior.


    Por último añadir que estos dos clarinetes están fabricados con madera de palo de rosa, a diferencia de los dos anteriores que se fabricaron con madera de ébano.

martes, 27 de septiembre de 2016

Los golpes en los saxofones

   Un accidente con un instrumento musical le puede pasar a cualquiera por muy cuidadoso que sea. En ocasiones se debe a descuidos, pero a veces son golpes inevitables. Generalmente los instrumentos construidos de metal presentan las marcas de esos golpes de forma más manifiesta que aquellos otros construidos de madera, resina, etc. 

   Aparte de la familia de los instrumentos de viento metal, en los de viento madera también hay algunos construidos de metal prácticamente en su totalidad, como son las flautas traveseras y los saxofones. En estos últimos, por ejemplo, es muy habitual observar en numerosas ocasiones el borde de la campana doblado. Podríamos decir que es una de las señales clásicas de un golpe en un saxofón.

   Hace unos días llegó al taller un saxofón tenor que había caído al suelo. En este caso el instrumento no presentaba abolladuras, ni el borde de la campana doblado, ni ninguna señal significativa estéticamente. Era el mecanismo el que había quedado trastornado por el golpe, en concreto las llaves que se pulsan con el meñique de la mano izquierda (G#, B, Bb y C#). Estas llaves estaban hundidas y las cazoletas correspondientes no podían cerrarse, no pudiendo cumplir así su función.



   Aunque en las imágenes no se aprecia bien, las llaves estaban hundidas y completamente bloqueadas, por lo que las cazoletas  no cerraban. Pese a la visión dislocada del mecanismo y a que esto le pueda parecer el fin del instrumento al o a la saxofonista, el problema se puede solucionar sin demasiadas dificultades, corrigiendo el estado de las llaves para que vuelvan a cumplir su función sin ningún inconveniente. Al fin y al cabo este tipo de golpes forman parte también de los clásicos en la familia de los saxofones.

 

   

miércoles, 24 de agosto de 2016

El enzapatillado de un clarinete bajo

   Este verano hemos recibido en el taller un clarinete bajo que procedía de una banda de música de Galicia. Se trata de uno de los modelos cuyo registro sonoro desciende hasta el Do grave. Al parecer había estado mucho tiempo guardado sin ver la luz hasta que los músicos de la banda han decidido rehabilitarlo. Lógicamente, después de tanto tiempo, este clarinete bajo necesitaba una reparación general. Se procedió así al desmontaje completo de todo el mecanismo, y a la limpieza y abrillantamiento de las llaves, la campana y el tudel.


   También se le hizo un tratamiento de la madera para hidratarla, se le colocaron nuevos corchos en las espigas y después se procedió a la sustitución de sus antiguas zapatillas, ya muy deterioradas, por otras nuevas.


    La reparación de un clarinete bajo es muy laboriosa, ya que se trata de un instrumento de gran envergadura (1.40 metros), que posee más de 30 llaves y está compuesto por una mecánica más compleja que la de cualquier clarinete de menor tamaño.

   Una vez fueron colocadas todas las nuevas zapatillas se procedió al montaje del mecanismo, ajustando y nivelando las llaves para que todas cerrasen bien y combinasen entre si a la perfección. El resultado final es un clarinete bajo que, después de mucho tiempo, vuelve a estar en óptimas condiciones para desempeñar su papel en la banda de música.



 

martes, 12 de julio de 2016

La recuperación de un clarinete antiguo

   De nuevo ha pasado por el taller un clarinete de trece llaves similar al que estuvo por aquí hace un tiempo, aunque bastante más deteriorado. Este clarinete ha llegado en unas condiciones realmente penosas. Se trata de un instrumento que estaba sin utilizarse desde la década de los años 20, cuando lo tocaba el abuelo del propietario actual. Como se puede observar en la siguiente imagen, tantos años sin uso le habían pasado factura duramente. Tanto la madera como las llaves estaban cubiertas de polvo y de una costra endurecida de suciedad.


   Las zapatillas estaban completamente destrozadas y las juntas de los cuerpos (las espigas) se encontraban rodeadas de hilo, en vez de corcho. También presentaba alambre e hilos en forma de aros alrededor de los cuerpos superior e inferior. En sus tiempos esto lo debieron poner para evitar el avance de ciertas grietas que presentaba la madera, pues se desconocían las técnicas actuales para combatir ese tipo de fisuras. 

   El clarinete necesitó un proceso de limpieza a fondo para adecentarlo y que recuperase su antiguo brillo. También se eliminaron los aros de alambre e hilo, se sellaron las grietas y se puso corcho a las espigas para que las piezas uniesen correctamente. Se le quitaron las zapatillas viejas pero no fueron sustituidas por otras nuevas, ya que su propietario tan solo quería tener el instrumento como pieza de museo, sin intención alguna de hacerlo sonar.


   Así es como quedó este clarinete de 13 llaves después de esos trabajos, listo para exponerlo en una vitrina.

martes, 21 de junio de 2016

Sustitución de los corchos

   Uno de los trabajos más habituales en clarinetes, saxofones y oboes es la sustitución de los corchos que sirven de unión. En el caso de los clarinetes y los oboes se trata de la sustitución de los corchos de las espigas. Las espigas son las partes de acople entre los diferentes cuerpos que conforman el instrumento. En el caso de los saxofones hablamos del corcho del tudel en el cual se acopla la boquilla.

   Con el paso del tiempo estos corchos se van desgastando y van perdiendo su funcionalidad, o bien se rompen directamente, con lo cual se provocan fugas de aire que hacen imposible hacer sonar en condiciones el instrumento. Para sustituirlo hay que limpiar bien la superficie de la zona para que no quede ningún resto de corcho viejo ni de pegamento. Después se toman las medidas exactas y se recorta el corcho nuevo, que se pegará con pegamento de contacto. Hoy en día existen dos tipos de corcho para este trabajo: el corcho natural y el sintético. Ambos se adquieren en láminas.




      Si el corcho es demasiado grueso y no entra se ha de lijar hasta que ajuste bien. Es siempre conveniente que entre con la presión suficiente para que no haya ninguna fuga de aire. Para facilitar el ajuste siempre es conveniente ponerle grasa para corcho. De hecho esto es algo aconsejable hacerlo habitualmente para evitar que el corcho se seque con el tiempo y se resquebraje. 


   

martes, 24 de mayo de 2016

Ajuste y limpieza de un oboe

   El oboe es uno de los instrumentos más complicados de la familia de viento madera. Cuando observamos su mecanismo siempre transmite una impresión de gran complejidad, con una serie de llaves combinadas entre si que deben estar perfectamente ajustadas para que el instrumento suene a la perfección. En este caso se trataba de un viejo oboe que llevaba muchos años sin ser usado, por lo que había acumulado gran suciedad e importantes desajustes en su mecánica. Así que hubo que proceder a su desmontaje completo para ponerlo en condiciones.


   Una vez que estuvo totalmente desmontado se procedió a la limpieza y aceitado de la madera, la limpieza de las llaves y posteriormente el montaje y ajuste final de todo el mecanismo. Todo el trabajo se debe hacer con cuidado, pero especial delicadeza requiere el montar y desmontar las llaves, por lo que ninguna persona (aunque sea oboísta, menos todavía si no lo es) que no conozca bien la mecánica del instrumento y su ensamblaje, no debe llevar a cabo dicha operación, pues correría el riesgo más que probable de dañar de forma severa el sistema mecánico. Una vez reparado el oboe volvió a estar listo para tocar. 


   Añadir por último que el oboe es un instrumento que tiene sus orígenes hace unos 5.000 años en la región de Oriente Medio, aunque lógicamente desde entonces ha sufrido una importante evolución. La familia del oboe es muy variada, abarcando desde la tradicional dulzaina hasta el corno inglés, pasando por el oboe propiamente dicho. Es un instrumento de doble lengüeta, de forma cónica y con un timbre dulce pero con una gran capacidad sonora. 

martes, 26 de abril de 2016

El cambio de los muelles

   Una de las reparaciones más habituales en los instrumentos de viento madera es la sustitución de muelles. No es nada extraño que de repente un día nos encontremos con que una de las llaves de nuestro instrumento se ha quedado sin fuerza, sin tensión. ¿Que ha ocurrido? El muelle se ha roto y el mecanismo ya no funciona correctamente. En la siguiente imagen de un saxofón alto podemos observar que ha desaparecido el muelle de una de las torretas del mecanismo de la octava. El muelle debería ir justamente en el orificio más pequeño de la torreta (el grande es para enroscar un tornillo).


    En la mayoría de los casos, lo que ocurre en realidad es que el muelle no ha desaparecido totalmente, sino que se ha quebrado y una pequeña parte está dentro de la torreta. Ahí es dónde puede surgir la principal dificultad a la hora de cambiar un muelle: sacar la parte que ha quedado dentro. A veces esta parte sale fácilmente presionando con unos alicates, pero en otras ocasiones el asunto se complica, ya que el trozo de muelle se encuentra tan a ras que no podemos empujar con los alicates. Entonces hay que utilizar otro tipo de sistemas y herramientas para lograr sacarlo. Una vez fuera, la colocación de un nuevo muelle es relativamente sencilla, aunque es imprescindible que tenga las dimensiones adecuadas para que funcione correctamente. En la siguiente imagen podemos ver el nuevo muelle ya colocado.


   Por último hay que añadir que no todos los muelles en estos instrumentos son del mismo tipo. Hay dos modelos de muelles que podemos ver en la siguiente imagen: el de aguja, que es el que hemos tratado hasta ahora, y los muelles planos, como el que aparece en la parte inferior de la imagen y que son mucho más sencillos de colocar, pues se trata simplemente de atornillarlos a la llave.


martes, 5 de abril de 2016

Clarinete de trece llaves

   El instrumento más antiguo que ha pasado por el taller es un clarinete de 13 llaves de mediados del siglo XIX. Este clarinete perteneció al bisabuelo del actual propietario. El instrumento necesitaba una revisión completa después de décadas sin sonar. Así que se hidrató la madera, se le hizo un enzapatillado completo, se colocaron corchos nuevos, se soldó una llave rota y se sellaron un par de fisuras que presentaba en la madera. Todo lo necesario para que un instrumento tan antiguo pudiese volver a sonar después de tantos años.



   Los clarinetes de 13 llaves se utilizaron en las bandas de música de España hasta las décadas de los años 50 e incluso 60, época en que se abandonó la llamada "afinación en brillante" y fueron sustituidos por instrumentos más modernos, ya que este tipo de clarinetes habían sido fabricados en su totalidad durante el siglo XIX, por lo que ya se encontraban muy deteriorados.



   Este tipo de clarinete fue creado por el alemán Iwan Müller y presentado por él ante una comisión del Conservatorio de París en 1812. El instrumento presentaba muchas innovaciones para la época en cuanto a la forma de los orificios, la disposición de las llaves, etc. También fue presentado como un clarinete que podía tocar en cualquier tonalidad, lo que provocó el rechazo del Conservatorio de París, que creían que cada clarinete tenía su propio sonido y carácter de acuerdo con la tonalidad en que se lo construía. Pese a todo el clarinete de 13 llaves tendría gran aceptación y se convertiría en la opción casi universal entre la mayoría de los clarinetistas durante muchos años.

jueves, 10 de marzo de 2016

Reconstrucción

   Un golpe o una caída accidental de un clarinete nos puede provocar un disgusto considerable, especialmente si la consecuencia es la fractura de parte del cuerpo del instrumento. En este caso un pequeño golpe involuntario a una clarinete Yamaha tuvo como consecuencia la rotura de la espiga que une el cuerpo superior del clarinete con el inferior.


   Sin embargo que nadie crea que esto es el fin de la vida de un clarinete. Con paciencia y utilizando los materiales y herramientas adecuados se puede volver a recomponer la espiga fracturada y que vuelva a estar como nueva.


   Tras la reconstrucción se le coloca una nueva lamina de corcho.


    Y por último se le ponen las llaves que le habían sido quitadas para que no interfiriesen en la realización del trabajo. A partir de aquí el clarinete vuelve a estar como si nada le hubiese ocurrido.



jueves, 25 de febrero de 2016

Flauta travesera Couesnon

La marca de flautas Couesnon es poco conocida en España. Hace algún tiempo llegó al taller una flauta travesera de esta marca, modelo Imperator. Su dueño la había comprado en el rastro hacía algunos años pero el instrumento estaba en tan malas condiciones que no había manera de hacerla sonar. Se encontraba completamente desajustada y con algunas de sus zapatillas rotas, así que procedimos al desmontaje completo de su mecanismo para corregir todas las deficiencias que presentaba y que volviese a sonar.




    Desmontar el mecanismo de un instrumento también se aprovecha para hacerle una limpieza del cuerpo y de las llaves, ya que hay zonas a las que es muy difícil llegar si no es quitando todas las llaves. A muchos músicos les impresiona la imagen de su instrumento completamente desarmado. Es como si estuviesen viendo el esqueleto del instrumento sin articulaciones y pensasen que ya no se puede recomponer. Sin embargo esta es una operación a menudo necesaria y muy habitual en los talleres de reparación, ya que es la forma de resolver los problemas que presenta.

   Por último decir que Couesnon es una marca francesa que fue fundada en 1827 en un pequeño pueblo de las afueras de París llamado Château Thierry, una zona tradicionalmente asociada a la fabricación de instrumentos de alta calidad.

martes, 26 de enero de 2016

Los clarinetistas y los compositores

   Desde la aparición del clarinete en el siglo XVIII, se ha dado con relativa frecuencia una interesante relación profesional (e incluso de verdadera amistad) entre los clarinetistas y los compositores. El instrumentista necesitaba de nuevas piezas para tocar y el compositor, a su vez, se beneficiaba de averiguar lo que el clarinetista era capaz de interpretar con su instrumento. La mayoría de los compositores tocaban el piano y posiblemente algún otro instrumento más. Les resultaba importante conocer las características de otros instrumentos como el clarinete, para poder de ese modo componer música para ellos con mayor facilidad.

   Anton Stadler es conocido por ser el clarinetista preferido de Wolfgang Amadeus Mozart. Teniendo en cuenta que el clarinete estaba todavía muy poco perfeccionado en esa época, lo cierto es que Stadler supo sacarle el mejor rendimiento a este instrumento y Mozart estaba maravillado con su sonido, lo que le inspiró para componer algunas de sus obras más populares. Sin embargo, parece que la relación personal no fue fácil, ya que Stadler era un jugador y bebedor empedernido y se endeudó con Mozart. Cuando este último murió pobre, el clarinetista todavía le debía dinero.



   Otro virtuoso excepcional fue Heinrich Baermann, que aunque empezó su carrera como oboísta, después aprendió a tocar el clarinete, siendo músico en Munich, en la corte del rey Luis, pasando después a Viena y a Londres. Recorrió toda Europa dando conciertos y en Munich fue dónde conoció a Carl Maria von Weber, el cual, entusiasmado por su sonoridad, escribió conciertos de clarinete para Baermann, consiguiendo un éxito arrollador.

   El clarinetista Johann Simon Hemstedt no tenía un sonido tan hermoso como Baermann (por esa razón Weber prefirió a este último), pero sin embargo su talento técnico era superior. El compositor que escribió para él fue Spohr, que compuso piezas de gran dificultad que llevaron a Hemstedt a mejorar la mecánica del instrumento. Incluso hoy en día, con clarinetes mucho más avanzados que los de entonces, los cuatro conciertos para Hemstedt siguen llenos de retos difíciles incluso para los clarinetistas más experimentados.

   Richard Mühlfeld comenzó como violinista en la corte de Meinengen, pero decidió aprender también a tocar el clarinete. Su importancia radica en la amistad que le unía a Johannes Brahms. Aunque cuando se conocieron Brahms ya había dejado de componer, decidió escribir sus últimas obras para clarinete gracias a Mühlfeld.

   Se podrían añadir otros clarinetistas más contemporáneos como Jack Brymer, Karl Leister, Dieter Klöcker, Harold Wright, Richard Stoltzman, etc. Todos ellos colaboraron y tuvieron una importante relación profesional con compositores más modernos que se interesaron por desarrollar las capacidades del clarinete a través de su música. 
 

martes, 5 de enero de 2016

Casi un siglo de historia

   Hace poco tuvimos en nuestras manos un saxofón alto C. G. Conn que tiene casi un siglo de vida. Por el número de serie dedujimos que era del año 1926 o 27. Sin embargo en el instrumento venía grabado el año 1914. Esto tiene una explicación. Por entonces las chimeneas de la marca Conn ya eran de dos tipos: unas iban soldadas al tubo y otras estaban extraídas del metal del propio tubo. Estas últimas fueron patentadas entonces, con la licencia de Conn, por el constructor de flautas William S. Hayes, que puso la fecha del año en el que las patentó y que seguiría apareciendo en años sucesivos.



   A pesar del mucho tiempo que tenía, este saxofón se notaba que había sido bien tratado. Perteneció a un músico que tocó en importantes orquestas durante muchos años y después de mucho tiempo sin sonar sus descendientes querían volver a ponerlo en funcionamiento. El problema mayor que presentaba era el agarrotamiento del mecanismo después de tantos años sin tener uso, así como algún muelle muy deteriorado y algún pilar que hubo que soldar. Una vez puesto en condiciones el instrumento volvió a dar todo de si, con un sonido excelente y una digitación muy cómoda, aunque en esto último hay que decir que las llaves que se manejan con el meñique de la mano izquierda resultan un tanto incómodas en los saxofones de esa época.

   Los saxofones Conn de entonces tienen otra característica curiosa. Es el denominado "micro tuner neck", un tudel con una rosca situada entre el tudel y la boquilla que servía para subir o bajar la afinación simplemente moviendo la rosca hacia una parte u otra. El mayor inconveniente de este tipo de tudeles es que con el tiempo iban cogiendo holgura y se acababa moviendo la boquilla.

   Por último apuntar que Conn es una de las marcas de saxofones más prestigiosas del mundo. La compañía fue fundada por Charles Gerard Conn, que no tocaba el saxofón sino la corneta. El primer saxofón diseñado en su fábrica de instrumentos de Elkhart (Indiana) fue obra de Ferdinand "Gus" Buescher para el virtuoso saxofonista francés E. A. Lefebre, que entonces trabajaba para la compañía. Se puede decir que era prácticamente una copia de los que por entonces fabricaba el inventor de este instrumento Adolphe Sax. Con el tiempo vendrían las innovaciones que han convertido a esta marca en una de las más apreciadas dentro del mundo del saxofón.