martes, 18 de agosto de 2015

El clarinete en el folclore de Europa oriental

   En la música tradicional de los países de Europa del Este, el clarinete se asocia a dos grupos étnicos muy definidos: los gitanos (o zíngaros) y los judíos klezmorim. Este último concepto hace referencia a los músicos o agrupaciones musicales que interpretan el estilo klezmer, un género de música propio de los judíos askenazís de aquella parte de Europa.

   Parece que las bandas de músicos zíngaros de Hungría y Rumanía comenzaron a incorporar el clarinete ya a finales del siglo XVIII, influenciados por la instrumentación que tenían los llamados conjuntos de serenata de Viena. Recordemos que Hungría formaba parte entonces del Imperio Austro-Húngaro. A mediados del siglo XIX ya se utilizaba en todas las bandas de este tipo, tanto en ciudades como en el mundo rural.

   Una expansión similar del clarinete se dio entre los klezmorim. Aunque el instrumento por excelencia que se asocia a estos músicos es el violín, existen documentos de en torno a 1800 que mencionan a clarinetistas en bandas del género klezmer.

   En Bulgaria el clarinete se incorporó a la llamada "svatbarska muzika" (música de boda), un estilo para celebraciones que tiene sus raíces en la música popular búlgara, con fuertes influencias turcas. Ahí el clarinete desempeña el papel principal y el clarinetista requiere de un alto nivel de virtuosismo. En las últimas décadas a destacado en ese sentido el músico Ivo Papazov.



   Los gitanos llevaron el clarinete durante el siglo XIX hacia Albania y Grecia, y desde allí a Turquía. Como curiosidad hay que decir que en Atenas el clarinete estuvo prohibido hasta 1925, pues se consideraba un instrumento "bárbaro", pero paulatinamente se fue popularizando en los restaurantes y a través de la música que sonaba en los gramófonos.

   En Rusia la huella de la música tradicional zíngara es también profunda. Es por eso que algunos de los grandes compositores rusos clásicos como Chaikovski o Glazunov se inspiraron en canciones y danzas gitanas para componer algunas de sus obras. El clarinete, por supuesto, desempeña un papel fundamental en el folclore de aquel país, con figuras relevantes como el clarinetista Ernö Kallay Kiss.

   Por último cabe señalar que la música étnica de estos países tiene mucho de improvisación. Los clarinetistas construyen sus improvisaciones mediante adornos sobre el patrón melódico, ornamentos de virtuosismo, adornos de expresión (como los glissandos) y adiciones a la melodía llamadas melismas.  

miércoles, 15 de julio de 2015

Saxofón Beaugnier

   Beaugnier fue un luthier que tenía su taller enfrente de la prestigiosa casa Selmer, en la población de Mantes-la-Ville, cerca de París. Estuvo en activo desde antes de la II Guerra Mundial hasta los años 60. En un momento dado decidió lanzarse a fabricar sus propios saxofones. Por supuesto no podía competir con las grandes marcas, pero al parecer los saxofones que Beaugnier fabricaba eran de excelente calidad, así que salieron al mercado a través de marcas conocidas como Leblanc, Noblet y Vito (Vito Bascucci era el hombre de Leblanc en Estados Unidos). Existen muy pocos en el mundo que lleven grabada la firma de Beaugnier en la campana. No se conoce mucho más de la historia de aquel luthier francés, pero lo cierto es que los saxofones que fabricó tienen hoy un gran valor por la singularidad del caso.


   Este saxofón tenor Beaugnier llegó al taller para un ajuste general. Debe tener como mínimo 50 años, pues los últimos parece ser que fueron fabricados en 1965. Estos saxofones tienen una construcción excelente y una digitación muy amable, además de un sonido de gran calidad. En definitiva, una auténtica joya histórica.

jueves, 2 de julio de 2015

Tipos de zapatillas para clarinete

   Después del articulo dedicado a las zapatillas para saxofón, hoy trataremos de este elemento en lo referente al clarinete. En el caso de este instrumento, a diferencia del saxofón, hay oídos que se tapan directamente con los dedos, pero otros se tapan accionando llaves de metal, que como es lógico necesitan de zapatillas para que hagan un cierre hermético con la madera. En el caso del clarinete también es importante el tipo de material con el que estén fabricadas las zapatillas, tanto para la duración de su vida útil como para el tipo de sonido que queramos conseguir. Podemos distinguir cinco tipos de zapatillas diferentes:

   -Zapatillas de tripa: Son sin duda las más convencionales y las que aportan un sonido más natural, así como una digitación más fácil, pero tienen el inconveniente de que han de ser sustituidas con mayor periodicidad debido a que se degradan mucho por la humedad y al desgaste o la rotura de las membranas, que se traduce en fugas de aire.

   -Zapatillas sintéticas: entre estas destacan especialmente las llamadas Valentino, que han supuesto una revolución en el enzapatillado, ya que son las que mejor resisten la humedad y por lo tanto las de más larga duración. Poseen un gran hermetismo y no producen ruidos molestos a la hora de digitar. En su contra está que proporcionan un sonido muy directo y menos natural.

   -Zapatillas de piel: Las hay de piel de canguro, de cordero, con resonador o sin él, de diferentes colores... Si se elige un juego de buena calidad y se cuidan bien, se trata de un tipo de material que puede ser bastante duradero. A diferencia de las sintéticas, las zapatillas de piel producen un sonido oscuro e incluso hasta cierto punto apagado. En su contra está que se endurecen con rapidez, produciendo en la digitación ruidos molestos.

   -Zapatillas de goretex: Tienen un buen hermetismo y una durabilidad alta. Proporcionan un sonido rico en matices, pero al igual que ocurre con las de piel, se endurecen con rapidez y eso provoca ruidos al digitar, aunque no pierden su efectividad. También hay que tener en cuenta su elevado precio (Buffet las instala solo en gamas altas).

   -Zapatillas de corcho: Este material se utiliza en algunos clarinetes en la llave 12 (conocida como llave de la octava o del cambio de registro), debido a su gran resistencia a la humedad. Sin embargo no es aconsejable en el resto de llaves, que tienen gran juego, ya que se trata de un material poco elástico.



   En cuanto a la morfología de las zapatillas hay dos tipos: el sistema francés, donde la parte que se inserta en la cazoleta es más estrecha que la parte que tapa el oído; y el sistema de corte recto, que como indica su propio nombre tiene el mismo diámetro tanto en la base como en la parte superior. Este último sistema es muy utilizado en las zapatillas sintéticas.

   En los últimos años también han aparecido zapatillas con resonador metálico, de plástico o de nylon, que mantiene tersa la capa que recubre la zapatilla, evitando vibraciones. 

   Por último, también encontramos diferencias en cuanto al color. Si bien tradicionalmente las zapatillas de clarinete han sido de color blanco, hoy en día encontramos también negras o marrones, especialmente entre las de goretex, las sintéticas o las de piel.

     

miércoles, 17 de junio de 2015

Tipos de zapatillas para saxofón

   Este artículo, que será seguido por otro dedicado a las zapatillas del clarinete, estará centrado en los diferentes tipos de zapatillas para saxofón que existen, tanto por su forma como por los materiales que las componen. La zapatilla es un elemento básico de este tipo de instrumentos, pues su función es la de cerrar los oídos impidiendo que el aire escape. Por eso es muy importante que se encuentren en buen estado si queremos que el saxofón suene como es debido. Incluso se acepta generalmente que según el tipo de zapatillas que tenga nuestro saxofón, el sonido variará, pudiendo tener un matiz más brillante, más  oscuro, más directo o más dulce, en función del enzapatillado que hayamos escogido. 

   En primer lugar tendremos en cuenta que una zapatilla de saxofón consta de cuatro partes: un trozo de cartón redondeado, situado en la parte posterior y que le da firmeza al conjunto; una almohadilla de fieltro para darle espesor y mayor o menos suavidad; un trozo de piel forrando la almohadilla (a la que protege de la humedad) situado en la parte exterior; y por último un resonador metálico o de plástico en el centro, sobre la capa de piel.

   Las zapatillas son siempre circulares y de diferentes tamaños. Obviamente la parte exterior de la zapatilla es la más susceptible de sufrir deterioros que causen problemas a la hora de tocar el instrumento. Así pues, nos encontramos con distintos tipos según el material que recubre la almohadilla. La clasificación en este sentido es la siguiente:

   -Piel de vaca: son las más utilizadas, tienen un color bronceado, producen un sonido muy puro y       repelen bien la humedad.

   -Piel de cabra ,de oveja o de cordero: Las tres tienen unas características muy similares. A pesar de su buena calidad, son poco utilizadas en el saxofón debido a que la suavidad de su textura no las         hace muy aconsejables para los oídos metálicos del saxofón. Es más utilizada en los clarinetes.

   -Piel de canguro: Estas son muy demandadas desde hace unos años, ya que es un tipo de piel ligera y muy resistente. Aunque no repelen la humedad tanto como las de vaca, su dureza hace que a la         hora de sellar los oídos se necesite menos presión sobre las llaves.

   -De origen metálico: Su superficie se encuentra recubierta por una fina capa de oro o plata, por lo   que no absorven la humedad y además son suaves y muy silenciosas, siendo zapatillas de larga           duración.



   Pasaremos ahora a la clasificación del otro elemento exterior que conforma la zapatilla: el resonador. Suele estar en las zapatillas de mayor tamaño y su función es la de sujetar la piel para que se mantenga tersa y así evitar que se produzcan vibraciones Aquí también nos encontramos distintos tipos atendiendo a dos variantes: material y forma.

   Por el material encontramos dos tipos:

  -Resonador metálico: es el preferido por los profesionales, pues se piensa que al ser del mismo material que el tubo, la reflexión del sonido será más homogénea, aunque en esto no hay consenso y hay quien defiende que su influencia en el sonido no es decisiva. Lo que si que parece claro es que producen un sonido más brillante, al menos los de latón. Los de oro, a esa cualidad añaden la de la calidez del sonido, mientras que los de plata producen un sonido más oscurecido. 

   -Resonador de plástico: se han considerado tradicionalmente como de menor calidad, aunque tampoco en esto hay consenso. Proporcionan un sonido más oscuro que el resonador metálico y además tienen la ventaja de no oxidarse.



   Finalmente, por la forma del resonador tenemos algunas variantes. Los resonadores de plástico son todos convexos y sin remache, generalmente marrones (también los hay negros). Los metálicos tienen muchas variantes: convexos sin remache, convexos con remache, planos con remache y estrellados, Estos últimos son la novedad y cada vez están más cotizados, pues proyectan el sonido en múltiples direcciones y con distintos brillos según el material empleado: latón, aluminio, oro, plata o cobre).     

viernes, 29 de mayo de 2015

Los hermanos pequeños del clarinete y la flauta

   En este blog ya existe una entrada sobre el hermano pequeño de la familia de los saxofones: el saxofón soprano (aunque existe uno todavía más pequeño, el sopranino, pero es muy poco utilizado). Hoy hablaremos sobre dos instrumentos que han pasado en los últimos días por el taller y que, en este caso, son los hermanos menores de la flauta y del clarinete. Me refiero al flautín y al clarinete requinto, respectivamente.

   

      Este clarinete requinto pasó por aquí para el cambio de 4 o 5 zapatillas. Este clarinete tiene, al igual que sucede con el saxofón soprano, un hermano todavía más pequeño: el clarinete sopranino, Pero este último apenas es utilizado. Así que exceptuando al sopranino, el clarinete requinto es el más pequeño de la familia de los clarinetes y por lo tanto el que tiene un sonido más agudo y estridente de todos ellos. Se encuentra afinado en Mi bemol y por lo tanto una cuarta por encima del clarinete soprano en Si bemol. Es un instrumento transpositor, es decir, su sonido real es diferente al escrito debido a su registro tan agudo. El requinto ha sido rara vez utilizado en las orquestas sinfónicas, pero si que suele estar presente en las bandas de música. También tiene gran importancia en el folclore de Cantabria, donde es conocido como "pitu montañés".

   En el caso del flautín si que estamos ante el más pequeño de los instrumentos de la familia de las flautas. Pero no solo de las flautas; en realidad estamos prácticamente ante el instrumento más pequeño de la gran familia de todos los instrumentos de viento. El flautín suele estar afinado en la tonalidad de Do y una octava más alto que la flauta travesera. Al igual que el requinto se trata de un instrumento transpositor (las notas se escriben una octava más baja que su sonido real). Físicamente es similar a la flauta travesera, pero encontramos modelos de tres tipos: todo de madera, todo de metal o con cuerpo de madera y cabeza de metal (como es el caso del instrumento que está en el taller). Su sonido es brillante y a veces estridente. En algunas composiciones orquestales el flautín sobresale sobre toda una sección de metales, realizando el contrapunto.


   Aquí vemos el flautín que había que reparar, ya que necesitaba unos ajustes que, para un instrumento tan pequeño, requieren de una precisión milimétrica. Se encuentra junto a una hermana mayor, que también necesitaba de ajustes, y que además es un poco más alargada que la mayoría de las flautas traveseras comunes, pues es de las llamadas de pie en Si, que quiere decir que en el pie de la flauta tiene cuatro llaves, lo que le hace alcanzar en el registro grave la nota Si, frente a la mayoría que suelen llegar hasta el Do.

jueves, 7 de mayo de 2015

Las cañas del instrumento

   La caña es un accesorio imprescindible en la mayoría de los instrumentos de viento madera (exceptuando la flauta). Las hay simples, como la del clarinete y el saxofón, y dobles, como las usadas por el oboe, el fagot y el corno inglés. A principios del siglo XX los músicos se fabricaban sus propias cañas, lo cual era un trabajo muy laborioso. Con la aparición de la fabricación masiva desapareció esta preocupación, aunque todavía hay músicos que tienen el gusto de fabricarse sus propias cañas. Hoy en día también están en el mercado cañas fabricadas con materiales sintéticos, que son muy duraderas, pero que también producen un sonido más áspero. Son ideales para tocar en la calle con bandas o charangas.



   Centrándonos en la caña tradicional, el fabricante se preocupa por su producto desde la siembra de la caña, pasando después por el control de plagas, el corte, el almacenamiento y la propia fabricación. El músico, por su parte, debe tener en cuenta que clase de sonido desea a la hora de elegir la caña y también su grado de experiencia. Generalmente los fabricantes dividen las cañas del 1 al 5, siendo el 1 la clase de caña más suave y el 5 la más fuerte. Para el principiante está bien elegir entre 2, 2 y medio o 3, pero hay que tener en cuenta que la suavidad o dureza de las cañas no siempre se corresponden entre las diferentes marcas.  

   Hay que tener claro que con una caña suave nos será más fácil emitir el sonido, pero este también será más fácil que sufra variaciones de tono y costará más emitir las notas agudas. El uso prolongado de una caña también la va reblandeciendo. Los instrumentistas experimentados a veces cortan el borde de la caña con un cortacañas para que el sonido recupere plenitud. 

   Con una caña dura la emisión es más costosa y las notas graves son más difíciles de tocar con suavidad, pero el sonido es más lleno y el registro agudo es más fácil de alcanzar. En este caso también los músicos más veteranos a veces raspan la caña cuando desean un sonido más blando.

   En cualquier caso la marca y el tipo de caña que elijamos no nos garantiza que nos vaya a servir. A veces hay que probar varias hasta dar con la adecuada. Las que tengan alguna rotura u otro desperfecto se pueden deshechar. Aquellas que estén verdes se pueden guardar porque es posible que al cabo de meses funcionen. Lo importante es tener siempre cañas en condiciones por si se necesita cambiar la que estamos usando. Una buena caña es fundamental para conseguir sacar el mejor sonido al instrumento.   

     

miércoles, 22 de abril de 2015

El clarinete bajo

   Es el segundo en tamaño de la familia del clarinete, tras el clarinete contrabajo. Fue desarrollado a finales del siglo XVIII y ya en 1836 el compositor Meyerbeer lo introdujo en su ópera "Los Hugonotes". Desde entonces muchos compositores lo empezaron a incluir en sus obras, especialmente Wagner y Verdi. También desde aquella época se extendió su uso en bandas de música. Junto a otros instrumentos bajos suele proporcionar la base musical del conjunto, aunque en numerosas composiciones también aparecen solos de clarinete bajo.

   Este instrumento está en el mismo tono que el clarinete soprano, es decir en Si bemol, pero suena una octava más bajo. Este instrumento en concreto desciende hasta el Mi bemol grave, pero otros modelos llegan al Do grave. Su sonido es poderoso pero al mismo tiempo suave y profundo, por lo que a veces se ha definido como "terciopelo oscuro". Por esa cualidad el clarinete bajo ha sido y es muy utilizado en la música de cine, especialmente en aquellas escenas en que se quiere aumentar la emoción o el suspense.



    El clarinete bajo suele requerir de ajustes con cierta frecuencia, pues su mecanismo es delicado y se desajusta con cierta facilidad. En este caso llegó al taller un Yamaha que no sonaba, porque además de presentar un problema de desajuste notable, tenía de tal manera dobladas las llaves del Mi y del Fa graves que era imposible tocar esas notas, ya que las zapatillas no cerraban. Una vez corregidas esas llaves y ajustado todo el mecanismo el instrumento volvió a su ser original. En cualquier caso en este tipo de instrumentos las operaciones de montaje y desmontaje suelen ser causa de estos problemas, por lo que siempre es recomendable que se realicen con el máximo cuidado a fin de evitar males como el que tenía este clarinete bajo.