sábado, 4 de noviembre de 2017

El corcho de la flauta travesera

   El corcho de la cabeza de la flauta travesera desempeña un importante papel al proporcionar la afinación adecuada al instrumento. Este corcho cilíndrico va dentro del tubo del cabezal y se ajusta girando la corona, que es la pieza rotatoria que se encuentra en el extremo final de esa parte de la flauta. Cuando se altera la posición del corcho de la cabeza, la longitud del tubo se acorta o se alarga, provocando que la cantidad de aire dentro del mismo varíe y en consecuencia cambie la afinación.

   ¿Como saber si una flauta está correctamente afinada en función de este corcho? Para saberlo hay que tener en cuenta la marca que se encuentra en la varilla de limpieza que suelen tener las flautas. Cogiendo esa varilla e introduciendola en el tubo de la cabeza, la marca debe quedar en el centro del bisel, que es el orificio de la embocadura. Como guía básica la marca debe estar a 17 mm del extremo de la varilla limpiadora, aunque hay quien especifica que debe estar exactamente a 17,3 mm. Suele ser igual al diámetro interior de la cabeza en el centro del bisel. Los flautistas profesionales suelen ajustar ligeramente el corcho del cabezal con el fin de alcanzar la precisión óptima para su propia afinación. 

   A medida que estos corchos envejecen van perdiendo propiedades, filtrándose el aire y reduciendo su tamaño, lo cual afecta a la afinación del instrumento. Es entonces cuando se requiere el recambio por un corcho nuevo. En la imagen podemos ver claramente la diferencia entre el corcho nuevo y el viejo.



     El recambio de este corcho hay que hacerlo con gran precisión con el fin de que quede ajustado perfectamente en la distancia adecuada para que la afinación de la flauta sea la correcta. 

viernes, 29 de septiembre de 2017

Soldadura de una pieza de saxofón

   Una de las reparaciones más habituales en los saxofones es la de la soldadura de ciertas piezas como, por ejemplo, los pilares. Por algún golpe accidental, por los cambios de temperatura o por el paso del tiempo este tipo de piezas a veces se acaban desoldando. Eso es lo que le ocurrió a este saxofón tenor de la marca alemana Weltklang en el pilar inferior que sostiene las llaves C3, Tc y C5.


   Por el aspecto que presentaba no era la primera vez que habían soldado o habían intentado soldar ese pilar. Se aprecian restos de estaño y suciedad fuera de la base que forma la circunferencia del pilar, lo cual no tendría porque ser así, ya que aunque el proceso en si de la soldadura no es complicado, si que requiere de una serie de prevenciones y cuidados para que quede lo más limpia posible.

   Hay que tener en cuenta en primer lugar el añadir la cantidad de estaño precisa para que este material no acabe chorreando al aplicar el calor. Por supuesto, también es importante tener mucho cuidado en no quemar zapatillas, corchos o fieltros que estén alrededor; y tener el tacto de aplicar esa cantidad de calor con la suficiente precisión para que no acabe desoldando otras piezas que se encuentren alrededor.

   Cuando se suelda un pilar como el de este ejemplo las llaves deben quedar de nuevo perfectamente alineadas como lo estaban antes de que se desoldara la pieza, porque si se desvían de su posición original aunque sea mínimamente,  las zapatillas perderán su asiento natural al cerrar, con las consiguientes fugas de aire que pueden provocar que el saxofón no suene correctamente.


   Por último no es aconsejable que el saxofonista utilice para solucionar este tipo de problemas vías fáciles de productos como  pegamentos o materiales de soldadura en frío, ya que la pieza se volverá a desprender al poco tiempo y solo conseguirá que haya más restos que limpiar a la hora de soldar con calor. 

 

lunes, 28 de agosto de 2017

La madera del clarinete

   Aunque para comenzar el estudio del clarinete se escogen instrumentos fabricados en plástico, el clarinete tradicional y el preferido ampliamente entre los estudiantes avanzados, el mundo profesional académico y entre los veteranos en general, es el clarinete de madera. La madera más utilizada en la construcción de clarinetes es la de granadilla (cuyo árbol aparece en la imagen), aunque también se utilizan otras como el palo rosa, el cocobolo o la madera de boj. La madera es preferida al plástico porque redunda en una resonancia más cálida.




   La madera se suele dejar envejecer durante unos años antes de construir el instrumento para que se estabilicen las dimensiones del material, aunque esto no puede contrarrestar por completo los efectos perniciosos de los niveles de humedad. De ahí que aunque la madera ofrece grandes beneficios en el sonido, también es un material que necesita muchos cuidados, pues sufre la humedad y los cambios bruscos de temperatura. Esto puede llevar a su agrietamiento o a que se hinche provocando que no se puedan desmontar sus partes en la zona de las espigas.

   El grado ideal de humedad para la madera de un clarinete se sitúa entre el 40 y el 50%. Por debajo del 40 % la madera se seca y se encoje. Si introducimos en el interior del instrumento aire húmedo (cosa que hacemos al tocar), la pared interna del instrumento expandirá la presión ejercida hacia la pared exterior seca. Esa presión puede ejercer la suficiente fuerza para que la pared exterior se rompa con el fin de aliviar la presión producida. Una señal inequívoca de que la madera del clarinete se ha secado excesivamente se produce cuando los anillos que algunos clarinetes llevan en las espigas se sueltan.

   El agrietamiento también se puede producir por la entrada de aire caliente al tocar estando la madera fría. La introducción de ese aire caliente provoca una expansión del orificio interior en contraste con la superficie exterior, fría y constreñida, dando lugar a un desequilibrio que tiene el potencial de provocar grietas. Si el clarinete está muy frío es aconsejable calentar la madera antes de tocar poniendo el instrumento bajo el brazo o simplemente pasando un poco la gamuza por la madera. Exponer el instrumento a los rayos del sol durante mucho tiempo es desaconsejable y puede causar también fisuras.




   La prevención es fundamental contra este tipo de contratiempos. A menos que se viva en una área geográfica donde se dé la suficiente humedad ambiental para proporcionar un mínimo de un 40% de humedad, es aconsejable el uso de un humificador que pueda mantener ese equilibrio. La aplicación de aceite de almendra o de cualquier otro de los aceites que se comercializan para la madera del clarinete también es positiva, pero se tiene que aplicar muy ligeramente (mucho aceite es contraproducente) y una vez cada 3 meses o más, según el mayor o menor uso que se haga del instrumento.

   Por último para evitar que se atasquen las partes del clarinete en las zonas de las espigas, se debe evitar dejar el clarinete ensamblado después de tocar, aunque sea un descanso tan solo de media hora. El clarinete se debe desmontar siempre cuando se termina de tocar. Este problema se suele dar sobre todo en la espiga del barrilete con el cuerpo superior debido a la proximidad del aire húmedo que expulsa el clarinetista por la boquilla. Si las piezas se siguen sin poder sacar después de un día o dos sin tocar el instrumento, será el momento de llevarlo al taller para solucionar el problema.

jueves, 27 de julio de 2017

Reparación de una boquilla de saxofón

   En ocasiones se presentan problemas que no tienen que ver con la mecánica de los instrumentos pero si con la emisión del sonido. Un ejemplo es una boquilla dañada por un pequeño golpe que da lugar a que el instrumento ya no suene como es debido. Eso es lo que le ocurrió a la boquilla metálica de saxofón tenor objeto de esta entrada en el blog. Como se puede ver en la siguiente imagen, un golpe torció el borde de la abertura por la que se emite el sonido.


   Esa leve desviación es suficiente para que se pierda más de la mitad del sonido, pues obstaculiza en buena medida el paso del aire necesario e impide que la caña vibre plenamente. Que a nadie se le ocurra intentar reparar algo así a martillazos porque podría causar a la boquilla un daño irreparable. Lógicamente este tipo de accidentes debe tratarse con sumo cuidado y con las herramientas adecuadas para que la pieza retorne a su forma original y el sonido del saxofón vuelva a ser óptimo.


      La boquilla reparada pertenece al tipo Otto Link 7. Se trata de boquillas de gran abertura que producen un sonido oscuro y aterciopelado. Están fabricadas en Estados Unidos y son muy utilizadas en géneros como el jazz, el blues, el rock´n´roll o la bossa nova.

martes, 4 de julio de 2017

Flauta de madera y plata labrada

   Los viejos instrumentos musicales tienen encanto y carácter. Tienen mucho que enseñarnos sobre la música escrita en los tiempos que fueron hechos. Es el caso de algunas flautas traveseras que han estado en el taller en el último mes para su reparación. Se trataba de flautas del siglo XIX o de la primera mitad del siglo XX, todas ellas construidas principalmente en madera, con tres secciones que forman unidas un tubo de diámetro cónico que se va estrechando hacia el pie del instrumento.

   Entre todas ellas hemos escogido para presentarla en el blog una flauta de madera revestida de plata labrada en la embocadura y las juntas de las tres secciones en que se divide. Esta flauta necesitaba una puesta a punto general después de décadas sin sonar, requiriendo cambio de zapatillas, corchos, limpieza, etc.


   Este tipo de flauta es de sistema simple, diferente al de Böhm extendido hoy en día, y tiene 6 agujeros abiertos junto con tan solo 8 llaves, por lo que su construcción debe datar de los años comprendidos entre 1820 y 1840 aproximadamente. Su embocadura es redonda y su digitación nos puede resultar un tanto incómoda.



   Este tipo de flautas pertenecen a un período histórico que transcurre entre los siglos XVIII y XIX, que está caracterizado por constantes innovaciones técnicas en el mundo de los instrumentos musicales en general y en el de las flautas en particular. La construcción de la flauta de Böhm en 1847 marcó un antes y un después. Hoy es el tipo de flauta travesera más extendido en el mundo. Las viejas flautas de sistema simple fueron incorporando ideas del mecanismo del sistema Böhm y seguirían siendo bastante utilizadas hasta los años 40 del siglo pasado.

miércoles, 31 de mayo de 2017

Reconstrucción de la espiga central de un clarinete

   Recientemente hemos tenido en el taller un clarinete que presentaba la espiga central rota debido a un golpe. Este instrumento necesitaba también una puesta a punto general: enzapatillado, engrase de tornillos y pasadores, limpieza del mecanismo, hidratación de la madera y recambio de corchos y fieltros. Pero lo que más preocupaba a su propietario era la rotura de la espiga central.


   Este tipo de destrozos suelen alarmar mucho pero tienen solución. En otros tiempos no contábamos con materiales tan apropiados como los que tenemos en la actualidad, pero incluso así se reconstruían. Es un tipo de reparación de carácter completamente artesanal y bastante laboriosa, pero el resultado vale la pena.


      Una vez hecho el trabajo principal se le puso el corcho y el clarinete quedó como antes de su rotura.

 

viernes, 28 de abril de 2017

Saxofón tenor vintage

   Entre los saxofones fabricados en Estados Unidos destacan especialmente los pertenecientes a la marca Conn. De hecho el primer saxofón construido en aquel país lo fue en 1889 en la planta que abrió Conn en Ekhart, Indiana. Se construyó expresamente para un virtuoso del saxofón, E. A. Lefebre, que se había elevado a la fama internacionalmente y que era amigo de Adolphe Sax, el inventor del saxofón. El constructor fue Ferdinand "Gus" Buescher, capataz en la fábrica de Conn que más tarde establecería su propia compañía de fabricación de instrumentos.

   En el taller tuvimos recientemente un saxofón tenor Conn del modelo Pan American. El instrumento necesitaba una reparación integral, con desmontaje completo del mecanismo, sustitución de todas las zapatillas, recambio de corchos y fieltros, limpieza y engrase de tornillos y pasadores.


   El modelo Pan American comenzó a fabricarse en enero de 1918. Pertenece a esos modelos legendarios de la primera mitad del siglo XX tan preciados y buscados en la actualidad por coleccionistas e interpretes. Por el número de serie de este saxofón en concreto dedujimos que debió de ser fabricado entre 1926 y 1927.



   Este tipo de saxofones no son muy ergonómicos y tienen una digitación un poco incómoda, pero son ideales para el jazz por su sonido oscuro y cálido. Los modelos Pan American se destinaron para estudiantes, aunque no era un instrumento estudiantil barato como estamos acostumbrados a ver hoy en día y conservaron ciertas características de los modelos profesionales.