Debido al desgaste provocado por el uso del instrumento, al envejecimiento de su mecanismo o al manejo brusco o descuidado del mismo, cada cierto tiempo todos los instrumentos suelen necesitar de algún ajuste para que suenen correctamente. En este caso concreto nos centraremos en el trabajo de ajuste que se le realizó a una flauta en el taller.
Cuando presionamos una llave para cerrarla y al mismo tiempo se produce un cierre sincronizado y perfecto de otra llave, podemos decir que el instrumento está ajustado. También estará ajustado al operar con una palanca que cierre una llave a cierta distancia. Por el contrario, si una llave está desajustada encontramos que las notas afectadas suenan congestionadas o con un tono deficiente en comparación con las notas adyacentes. Tendremos que ejercer mucha presión con los dedos para que la llave pueda cerrar y la nota logre sonar con claridad.
En la actualidad la gran mayoría de flautas para estudiantes y muchas para profesionales, están equipadas en buena parte de unos tornillos graduadores que permiten un ajuste más sencillo del mecanismo, tal y como podemos ver en el centro de esta imagen:
Hay que tener en cuenta que ajustar una llave para cerrar una fuga de aire puede dar lugar a otra fuga, por lo que es un trabajo que hay que abordar con precaución, ya que hay que actuar de manera muy precisa. Además a menudo nos encontramos con flautas de poca calidad cuyo sistema se desajusta con facilidad. Esto último le ha dado a los tornillos graduadores cierta mala fama entre algunos profesionales, que prefieren flautas sin este tipo de tornillos. Estos instrumentos son, lógicamente, más caros y requieren ajustes de gran precisión hechos a mano.
En el caso concreto de esta flauta, además del ajuste de algunas llaves que tenían el sistema de tornillos graduadores, necesitó también del ajuste de las llaves de Do y Do sostenido situadas en el pié del instrumento. Estas llaves no llevan ese tipo de tornillos y el trabajo debe realizarse de forma artesanal:
Una flauta correctamente ajustada y con las zapatillas en buen estado la podremos hacer sonar sin ejercer con los dedos más fuerza de la necesaria sobre sus llaves, ya tenga un sistema de tornillos graduadores o no lo tenga. Este es uno de los aspectos fundamentales para el buen funcionamiento de la flauta.
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