martes, 31 de mayo de 2022

La introducción del clarinete en España

    El clarinete fue inventado en Alemania a partir de otro instrumento más antiguo llamado chalumeau por el constructor y reparador de instrumentos Johann Christoph Denner en torno al año 1700. El nuevo instrumento se extendió rápidamente durante el sigtlo XVIII por las orquestas y fue acogido muy pronto con entusiasmo por compositores como Mozart. Está bastante documentada la introducción del clarinete durante el siglo XVIII en países como Alemania, Francia, Italia o Rusia, pero no se conoce tanto como llegó a España.

   Como bien apunta la clarinetista y divulgadora Mari Carmen Garzas, la primera mención al clarinete en la orquesta en España es de 1780, al parecer por la influencia de la ópera italiana en esa época. Con todo es evidente que la tradición musical española fue por derroteros distintos a los de otros países de Europa durante el siglo XIX, con el desarrollo y éxito de géneros como la zarzuela o el pasodoble, y la difusión de las bandas de música y las orquestas de teatro. Las primeras orquestas sinfónicas no aparecerían por estas tierras hasta principios del siglo XX.

   Se considera a Antonio Romero (cuyo método de enseñanza se sigue utilizando hoy en día) como el auténtico fundador de la escuela española de clarinete. Romero comenzó a tocar este instrumento en 1826,  a la edad de once años.  Su primer clarinete era de cinco llaves, pasando más tarde a uno de seis. Fue en 1833 cuando se introdujo el clarinete de 13 llaves, más de dos décadas después de su invención por el alemán Iwan Müller. Este nuevo modelo se convirtió a partir de ese momento en el más utilizado por Romero y otros clarinetistas españoles.

   El Método Completo para Clarinete de Romero fue finalizado por este en 1846 y aceptado por el Conservatorio de Madrid como método de enseñanza. Era la época en que empezaban a llegar a España los primeros clarinetes de sistema Boehm, que en aquel entonces muchos clarinetistas eran reacios a utilizar. Romero creó más tarde un clarinete con un sistema propio, aunque desgraciadamente este modelo acabó desapareciendo con los años.

   A mediados del siglo XIX el clarinete ya se empieza a encontrar bastante extendido por todo el país. En la centuria posterior, y tras la estela de Antonio Romero, irán surgiendo otros grandes clarinetistas como Miguel Yuste o Julián Menéndez, y este instrumento se popularizará definitivamente, convirtiéndose en una pieza indispensable en distintos tipos de formaciones musicales. 

     

    

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